Sánchez-Migallón, Sergio. 2015. «Religión, verdad y violencia: la redención del miedo y del poder», Miscelánea Comillas, 73: 297.
La postura del filósofo es bien sencilla, pero de una enorme fortaleza. Consiste básicamente en no dejarse avasallar por la presunta evidencia [de que el poder y la violencia históricamente han vencido en este mundo]; en no ceder a la presión del miedo, que no garantiza precisamente la racionalidad, sino que más bien priva de ella. Sócrates quiere preguntarse si realmente el miedo y el poder son los únicos motivos por los que el hombre puede adherirse a una verdad sobre lo justo o si habrá, quizá, otros; si no habrá un brillo que no resida en nuestra conveniencia sino en la verdad misma. Con esta actitud funda eo ipso la filosofía, el pararse a pensar en el fundamento de la verdad, y apuesta por la posibilidad de encontrar un atractivo intrínseco en lo verdadero: la evidencia. Ya no se trata tanto de adoptar activa e interesadamente una verdad, cuanto de abrirse –en apariencia de modo pasivo, pero suponiendo la hercúlea actividad de resistirse a todo interés y prejuicio– a la fuerza misma de lo verdadero.