Rodriguez Luño, Ángel. 2015. La difamación, Rialp: 10-11.
La difamación es un problema complejo. Incluye de distinta manera, según los casos y circunstancias, bienes de primera importancia, tales como el honor y la fama, la verdad, el bien común y el derecho a la información, que están implicados en el lenguaje y en los medios de comunicación. El honor y la fama se fundamentan en la verdad del hombre, de todo hombre, y en su dignidad. Pero ¿es justo alabar a personas que sabemos que son perversas y nocivas? ¿Es justo reprender públicamente a quien tiene culpas ocultas? Las culpas secretas, e incluso los delitos, ¿deben ser siempre y enseguida de dominio público? Pero, por otra parte, ¿no es verdad que a veces solo gracias a las denuncias de los medios de comunicación social ha sido posible impedir conductas gravemente lesivas del bien común? Y, al final, ¿no es la información uno de los instrumentos de libertad personal y social? ¿Cuál es la línea de equilibrio entre el hablar y el callar? Estas y otras preguntas que podríamos formular evidencian que estamos ante un problema con mil facetas.
La difamación es de suyo un problema de justicia, ya sea en el ámbito personal o en el social y en el de la comunicación, porque el honor y la fama, y también la información, son objeto de derecho, cuya extensión deberá concretarse. Son en todo caso, bienes de una y una notable proyección social (…).