Wittgenstein sobre la versión dualista del espíritu

Anscombe, G.E.M. 2005. “La filosofía analítica y la espiritualidad del hombre”, en La filosofía analítica y la espiritualidad del hombre, José María Torralba y Jaime Nubiola (ed.), Eunsa: 23-25.

En mi descripción de las opciones que los filósofos analíticos contemporáneos consideran abiertas, he omitido a Wittgenstein. La mayor parte de quienes no le han seguido muy de cerca suelen clasificarle como un conductista, por lo que no parece que ofrezca ninguna posibilidad diferente. Es cierto que su llamado “conductismo” es considerado como algo especial, denominado “conductismo lógico”, puesto que parece estar vinculado con cuestiones acerca de la manera en la cual ciertas palabras como, por ejemplo, “dolor”, reciben y manifiestan su sentido. No obstante, se supone que esta cuestión está relacionada con una forma de conductismo y que, por lo tanto, se trata de la negación de ‘lo interno’. En cambio, Wittgenstein, y quienes intentan seguirle de cerca niegan que sea un conductista. Para otros, el asunto parece quedar oscurecido por cierta ambigüedad: la ausencia de una toma de postura explícita acerca de lo que parece ser la totalidad de las alternativas. ¿Piensan Wittgenstein y sus seguidores que los acontecimientos mentales son acontecimientos materiales? No. ¿Creen que se trata de acontecimientos que se desarrollan en una sustancia inmaterial? Ciertamente no. Entonces, si no creen en el conductismo, ¿en qué creen?

Citaré el pasaje en el que Wittgenstein parece atacar más claramente el concepto de espíritu. Se trata de sus Investigaciones filosóficas, parte I, φ 35, donde introduce la idea de indicar la forma de un objeto, y no su color. Porque cuando captamos una definición ostensiva –una explicación de una palabra al indicar su objeto-, tenemos que saber qué es aquello que estamos indicando: si la forma del objeto, o la materia que lo compone, o su color, o cualquier cosa. Dice así:

“Como se ha dicho, en determinados casos, especialmente al señalar la ‘forma’ o ‘el número’, hay vivencias características y modos característicos de señalar, -‘característicicos’ porque se repiten frecuentemente (no siempre) cuando se ‘significa’ forma o número. ¿Pero conoces también una experiencia característica del señalar la pieza de juego en tanto pieza del juego? Y sin embargo puede decirse: ‹‹Pretendo significar que esta pieza del juego se llama ‘rey’, no este determinado trozo de madera al que señalo››”.

La respuesta a la pregunta formulada en este pasaje es, claramente, no. Por tanto, no tiene que haber una experiencia particular característica de una acción de indicar este aspecto o carácter de una cosa, en vez de aquel. Cuando hay una experiencia característica, digamos, por ejemplo, asociada con ‘significar la forma’, no ocurre en todos los casos en los que yo ‘significo la forma’. Y aunque hubiera una experiencia que ocurriese en todos los casos, dependería de las circunstancias, es decir, de los que hubiera ocurrido antes y después de la indicación, de si decimos que nuestra indicación se refiere a la forma, y no al color.

Es decir, no hay una experiencia tal que identifique una acción como la de indicar, digamos, el color. Buscamos alguna cosa singular a la que se refiera esta frase, algún acontecimiento al que siempre se relacione, y no lo encontramos. Dice Wittgenstein a continuación:

«Y hacemos aquí lo que hacemos en miles de casos similares: Puesto que no podemos indicar una acción corporal que llamemos señalar la forma (en contraposición, por ejemplo, al color), decimos que corresponde a estas palabras una actividad espiritual. Donde nuestro lenguaje hace presumir un cuerpo y no hay cuerpo, allí, quisieramos decir, hay un espíritu».

Esto se parece a un ataque general contra la idea de espíritu. Se aplica, sin embargo, sólo a aquellos casos en los que nuestro lenguaje nos “sugiere un cuerpo” –por ejemplo, alguna acción corporal como en el caso de la frase “indicar”-, pero donde de hecho no hay ninguno.

Acerca de Martin Montoya

I am Professor of "Ethics", "Philosophical Anthropology", and "History of Contemporary Philosophy" at the University of Navarra, researching on practical philosophy.
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