Religión y progreso en Hegel y Marx

Safranski, Rüdiger. 2017. Tiempo. La dimensión temporal y el arte de vivir, Tusquets Editores: 146-147.

Cuando desaparece la fe, se pierde también lo postrero, la salvación, pero queda la orientación al futuro, hacia delante. El futuro es el verdadero horizonte del tiempo, y no habría ninguna fe en el progreso si no se hubiese dado una fe en la salvación supramundana. Sobre este trasfondo, las revoluciones de la época moderna, como aceleradores ardientes del tiempo del progreso, recibieron su aureola o fueron demonizadas por sus adversarios. En torno a 1800 advierte Friedrich Schlegel: «El deseo revolucionario de realizar el reino de Dios es el punto elástico de toda formación progresista y el principio de la historia moderna» (Friedrich Schlegel, Athenäusfragmente. Kritische Schriften)

Fue Hegel el que llevó a cabo el malabarismo de transformar la confianza de la fe en una concepción racional del mundo, sin ninguna fe en lo supraterrestre. Según él, basta con creer en la propia razón, en este interior espíritu dialéctico, a la que vemos actuar en el mundo exterior; y ver cómo llega a sí misma y lo llena todo de libertad, primero en la naturaleza y luego en la sociedad y en la historia. En Hegel uno podía sentirse como si hubiera llegado ya al futuro. Nadie antes de él llevó el tiempo del mundo a la cáscara de nuez de su tiempo de vida. Cabe preguntarse si Hegel tuvo conciencia de la profunda ambigüedad de su empresa. En cualquier caso, no se advierte ninguna ironía cuando equipara la «voluntad de Dios» con su «idea de libertad» y se presenta como sacerdote mundano de la razón absoluta. No obstante, declara sin vanidad que no se trata de su persona, sino de un mandato al que no puede sustraerse.

En Hegel se ven claramente los rescoldos religiosos de la idea de progreso, y esto puede decirse todavía de Marx, que quiere en sentido genuino llevar la metafísica hegeliana del cielo a la tierra. En Hegel el búho de Minerva emprende el vuelo al atardecer, cuando se supone que todo está hecho. En Marx vuela hacia la aurora y anuncia la hora de la liberación real. «La crítica ha deshojado las imaginarias flores en la cadena, no para que el ser humano lleve la cadena sin fantasía, desconsolada, sino para que arroje la cadena y rompa la flor viva» (Karl Marx y Friedrich Engels, Werke (MEW), tomo 1, pág. 379) . Estas palabras altisonantes significan que los sueños del idealismo son superados por una realidad que se supone en marcha a todo gas. Llega, pues, un tiempo del mundo que como tiempo de la historia está en alianza con el proceso de liberación.

Acerca de Martin Montoya

I am Professor of Ethics, Philosophical Anthropology, and History of Contemporary Philosophy at the University of Navarra, researching on practical philosophy.
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